Estimados Amigos Ateneístas
Un momento crucial vivimos quienes trabajamos día a día en el sector cultural. Los Ateneos sufren el acoso sin justificación clara, por parte de sectores políticos ciegos a la labor que desde hace 100 años nuestras instituciones han venido a ocupar. La carencia económica y la falta de estímulo legislativo a la creación de leyes que permitan un auto sustento de las instituciones culturales, nos impone una barrera que nos frena en el camino.
Pero el trabajo que a lo largo y ancho del territorio nacional se ha realizado, es imposible de tapar con el dedo de quienes señalan el cierre de nuestras puertas. La fortaleza de los Ateneos, radica en el poder moral que genera su trabajo voluntario y desinteresado, por hacer nuestra cultura Venezolana grande y próspera.
Es imposible ver un país en pleno desarrollo sin sus instituciones culturales desarrolladas, sin sus artistas, sin promotores culturales. No se puede crear por decreto, ni se puede sacar de un sombrero de mago, el trabajo que de manera independiente, voluntaria y participativa se ha desarrollado en los Ateneos, instituciones sin fines de lucro, que abren sus puertas a la participación de todos y que nacieron de la creación divina del hombre y la mujer unidos por un sueño común y libertario.
Mas allá de la diatriba política, los Ateneos han sido, son y serán el punto de encuentro de los diversos factores de pensamiento, en lo cultural, en lo político y en lo social. En los Ateneos, se conciertan las mejores soluciones a las comunidades, se forma a las personas, se divierte, se llora la derrota, se ama pero nunca se odia, porque son centros de la gente, del pueblo que somos todos. En nuestras instituciones el analfabeta puede aprender a leer, pero también se puede aprender a leer el ritmo de la danza, del teatro o de la música, de la pintura o de la fotografía; en sí los códigos que expresan el sentir, por eso sabemos y podemos enseñar el diálogo, la paz, la libertad y la democracia, valuartes de quienes todos los días, vivimos compartiendo con pensamientos diversos, sin ver mas allá que como humanos todos somos iguales.
Es por ello que desde estas líneas de reflexión, y como miembro Directivo de un Ateneo, que ha crecido junto a su institución, al cual le ha sido asignada tan alta responsabilidad, la de presidir
La historia nos reclama escribirla con el más firme pulso, y demostrar a través de sus páginas, que nuestras instituciones, con gran arraigo en la actividad cultural, más allá del siglo XXI, más allá de las personas y más allá de los sueños de los fundadores permanecerán en la vida y obra de cada venezolano.
Por JAVIER MARTINEZ NESTARES